8/6/08

Hermenéutica Analógica y Filosofía

La hermenéutica analógica ha dado importantes aportes para las diferentes ramas de la filosofía. En la ontología, los aportes hechos por César Peregrina Mancilla y por Juan José Herrera utilizando la hermenéutica analógica han sido de gran importancia. Así mismo, los aspectos éticos han sido abordados por Remedios Álvarez Santos y Luís Eduardo Primero Rivas, quienes estudian las aportaciones de la hermenéutica analógica sobre las éticas posmodernas.

La aplicación de la hermenéutica en la filosofía teórica, con elementos pertenecientes a las ramas de ontología y la epistemología, ha permitido restar ambigüedad en muchos temas filosóficos importantes. Una de estas incógnitas a resolver es el problema, dejado por Heidegger y recogido por Gadamer, sobre el circulo hermenéutico, que consiste en la relación entre lo individual (la comprensión de un texto específico) con lo general (la tradición a la que el texto específico pertenece). Si se afirma que la comprensión de un texto debe ser exhaustiva, absolutamente definitiva o unívoca, si no se admite otra interpretación, y los presupuestos o prejuicios son considerados como elementos que impiden esta forma de comprensión, entonces lo único que queda es aceptar que toda interpretación será relativa al intérprete y por lo tanto inservible, es decir, equivoca.

La innovación de la hermenéutica analógica sobre este problema consiste en que no se exige la ausencia total de presupuestos, ni la invalidación de la interpretación a causa de ellos (Beuchot. Compendio de Hermenéutica Analógica: 2007, 53-54). Otro problema en el que la hermenéutica analógica hace su notable aporte es en la noción de verdad y realidad, en donde no se trata de lograr una verdad absoluta, ni caer en el relativismo absoluto. La verdad es posible, a partir de un relativismo analógico, como el entrecruce entre la objetividad y subjetividad, con un predominio de lo subjetivo sobre lo objetivo (54).

Otra rama en la que la hermenéutica analógica da su aportación es en la epistemología. Esta aportación se da en la noción de tradición, a la que, conocemos e interpretamos desde dentro de la misma. Así mismo, una ontología en compañía de la hermenéutica y epistemología analógicas da como resultado una ontología analógica. Ésta supera tanto a la ontología de la Modernidad dura y rígida, como a la ontología posmoderna que es débil y ambigua. Una ontología analógica mantiene estructuras de las cosas pero comprendiendo que se dan dentro del movimiento y el proceso (56–57).

También la hermenéutica analógica es aplicada al sujeto histórico como mediación de la filosofía de la historia. El sujeto era considerado en la modernidad pura lucidez y razón. En la posmodernidad se exagera un sujeto equívoco. La hermenéutica analógica busca encontrar un sujeto analógico, que mantiene una sustancialidad en un proceso que deviene. Un sujeto con responsabilidad en la historia, con conciencia y libertad. Esto da paso a la hermenéutica analógica y la ética que buscan la responsabilidad histórica por medio de la memoria, con responsabilidad de nuestros actos, dirigida hacia las acciones en el futuro.